Walter Frindt

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El agua no solo da vida. También permite ganársela. Además de ser la base de nuestra subsistencia, junto con la de otros ecosistemas, el agua es un recurso imprescindible para muchos rubros en industrias que necesitan de ella para existir. La Asociación de Riego y Drenaje conoce y entiende esto. Conversamos con su presidente, Walter Frindt (52), para saber más sobre los desafíos que enfrenta el mundo del riego y de las medidas que se han implementado para adecuarlo a los cambios.
Por Felipe Jure

¿Dónde naciste?

Soy del sur, de Temuco, nacido el año 1970 en una familia vinculada a la ferretería. A la venta de herramientas, motores, maquinaria, repuestos, etc. Y como desde chico estuve metido, mi objetivo era trabajar en ese negocio. Así que cuando salí del colegio, entré a la universidad como una forma de ‘salir y ver qué podía aprender para aportar’.

¿Y por eso elegiste ingeniería?

Se suma todo. Por un lado, la ingeniería tiene esta parte muy técnica que estaba en la ferretería. También porque era una carrera desafiante. Encontré que me abría muchos campos, aun cuando en esa época era más cerrado que hoy. Consideré que me entregaba un montón de opciones para desarrollarme. Además que me gustaba, claro.

Así que entré a la Escuela y al principio estaba un poco perdido en Santiago.
Fue complejo porque conocía poca gente y no conocía la ciudad. Llegué a vivir con mi hermano y un amigo, a un departamento, pero con todo lo complejo que fue, también fue entretenido. Siempre quise ‘salir de la casa’. Para mí era como una meta, así que estaba feliz.

¿Cómo recuerdas los años en la universidad?

Eran un gran reto. Había mucho estudio que hacer y quedaba poco tiempo para otras cosas. Pese a eso, lograba dedicarle tiempo a otros intereses. A mí siempre me gustó hacer deporte, así que entrenaba bastante. Iba a jugar voleibol 5 o 6 veces por semana. Pero en general había poco tiempo libre.

Con los ramos y el estudio, para mí, el tema pasa principalmente porque me entretengan o no. Podía ser que una asignatura fuera muy difícil, pero si me motivaba no me resulta así. Y en otros cursos, que quizá no eran considerados tan complejos, pero donde el profe o la materia eran fomes, no me motivaba. Por ahí los cálculos nunca fueron mi pasión.

Pese a eso, disfruté mucho de mis años como estudiante y traté de aprovecharlos al máximo, explorando y conociendo lo que más pude. Me titulé como Ingeniero Civil Industrial Mecánico, e hice mi memoria en minería. Pensé, en ese momento, que estar en Chile y no saber nada de minería era no tener idea del 50% (o más) de la economía del país. Así que hice un trabajo sobre la parte ambiental de la minería y, después de salir, entré a trabajar en eso.

¿Cómo fueron esos primeros años profesionales?

Bueno, como te decía, yo entré a una empresa de evaluación de impacto ambiental.
Ahí estuve un año y después me fui a una multinacional, al área de control de gestión, trabajando en finanzas. Esto fue el año 98, con la crisis asiática. Así que salí de ahí por reducción de personal y por incompatibilidad. Nunca logré conectar con la empresa ni con el ambiente de trabajo. Ese fue, quizás, un fracaso. Pero creo que siempre se aprende.

Estuve deambulando un tiempo, intentando hacer mi negocio. El ´99 conseguí una pega part time, con una empresa alemana en Potrerillos. Estuve ayudando allá a poner en marcha la planta de tratamiento de efluentes del lavado de gases de la fundición de Potrerillos.

Tu empresa, ¿Cuándo la consolidas?

Bueno, yo paralelamente a eso, seguía buscando negocios. Así que partí comprando y vendiendo maquinaria. Empecé a formar mi propia empresa el 2000, y paso a paso fue creciendo. Al principio vendía cercos eléctricos y luego incluí temas de riego.

En esa época ya se vendían sistemas de riego que se abastecían localmente, con algunas excepciones que sí se importaban. Entonces mi partida fue un poco reemplazar este abastecimiento local, consiguiendo lo que se necesitaba y vendiéndolo a los diferentes clientes.

¿Qué lecciones aprendidas destacadas?, ¿O desafíos importantes?

Crecer. De dos personas, hoy ya son 40. Desarrollar el negocio. Ese fue el mayor desafío.
¿Y aprender?, mil cosas. Desde ejecutar uno mismo todo, hasta aprender a delegar y que sean otros quienes realizan una determinada tarea.

La parte de delegar es un gran desafío y también el poder armar el equipo. Eso es crítico. Y yo, que prácticamente trabajé solo siempre, me di cuenta de que no era lo mismo cuando aumenta el grupo y se reparten las tareas dentro del negocio. Al venir con el hábito de hacerlo todo solo, me costó un poco porque en ocasiones me enfrascaba en un problema y me quedaba muy encerrado en eso.

¿Cuándo surge la Asociación Gremial de Riego y Drenaje (AGRYD)?

La AGRYD se creó el 2008. En esa época mi hermano estuvo más involucrado en la creación. Yo me integré más en los últimos 4 años. Hoy ya somos 130 socios, aproximadamente.

Y se crea con el objetivo de coordinar a los diferentes actores de la industria en una institución gremial que nos permitiera actuar de forma coordinada. Hasta ese entonces las empresas, los técnicos y profesionales no tenían una lógica común, sino que actuaban de forma independiente y respondían a sus propias necesidades.

Pero los gremios siempre tienen una mayor importancia. Si yo, como dueño de la empresa X, voy a conversar con el gobierno, probablemente no me van a escuchar. Pero si vamos como gremio, es más probable que se nos escuche.

Por eso, cuando se propone esta iniciativa, se invita a los diferentes participantes del rubro, y se plantea la importancia de trabajar juntos, de cara al futuro. Se hablaba de las oportunidades que podía traer el riego tecnificado, de las necesidades de la industria e incluso de un cambio climático que, en aquellos años, no estaba tan instalado como hoy.

Actualmente, contamos con 133 socios y nuestro trabajo se centra en reunir las diferentes problemáticas y necesidades que ellos encuentran, y hacerlas partícipes de la discusión política, económica y social del país. También tenemos otra tarea, que va más por el lado de la actualización de los conocimientos, y para eso realizamos exposiciones, cursos, charlas y otras actividades que nos permitan estar al día con los cambios que vive este rubro.

Queremos mejorar los estándares de la industria en sí. Los estándares de productos, digamos. Y nos ha ido bien. Tanto que hoy se nos reconoce a nivel nacional e internacional. Esto también ha llevado a que nos desarrollemos mucho en temas de tecnología y capacidad técnica. Tenemos la última tecnología a nivel mundial, funcionando acá. Hay empresas chilenas, que son líderes globales en sus respectivos temas, como Wiseconn en control automático de sistemas de riego, por nombrar un ejemplo.

Desafíos que les ha tocado en los últimos 5 años

Bueno, uno de los temas importantes es la sequía, claro, que ha sido un factor crítico presente toda la década anterior, y perfilándose para esta y la próxima.

En ese sentido, nuestros esfuerzos han ido más por profundizar nuestra participación y relación con los comités del gobierno, para poder aportar desde lo que mejor sabemos hacer y que conocemos por el trabajo diario.

Luego, también, está la pandemia que fue un tremendo golpe para todo el rubro. Mantener a la industria funcionando, facilitar a las empresas, conseguir que se nos considerara como empresas esenciales para así poder seguir trabajando… todo eso ha sido difícil y nos demandó un trabajo importante.

¿Cuáles son sus principales desafíos hoy?

Hoy uno de los temas principales es la renovación de la ley de riego. El año pasado se prolongó su validez por un año y es muy probable que este año se vuelva a prolongar la validez mientras se terminan de estudiar y aprobar algunas modificaciones que se le quieren hacer.

Ahí está nuestro foco en este momento. Deseamos que salga un proyecto que se haga cargo del panorama actual, modernizado a este contexto medioambiental, social, económico y técnico. Que nos permita sumar nuestra visión del problema que vemos.

Sobre todo con la importancia que ha tomado. El aumento de precio de muchos alimentos viene de esto. Los paltos en el norte, o el agua que falta en los embalses… Nosotros muchas veces tenemos una ventaja en la facilidad para levantar rápidamente el conocimiento práctico asociado a la labor técnica, porque es la que nos entregan nuestros asociados. Desde consultores, académicos y personas que tienen emprendimientos en el rubro.

A propósito de eso, ¿Qué tecnologías han implementado para optimizar su uso en las diferentes cuencas y en sus climas?

Si no me falla la memoria son 101 cuencas, y cada una es diferente. Así es que hay de todo. En Chile puedes encontrar prácticamente todos los tipos diferentes de formas de riego, desde el extensivo, hasta cosas más precisas como el riego por goteo, o medir los parámetros de la planta para saber si es que está bien o mal.

La tecnologización de riego te diría que partió con la conducción y las tecnologías que permitieron aumentar la eficiencia de riego, luego se agregó el fertirriego, que es la fertilización por medio del agua de riego, y hoy estamos en la etapa del smart water, para optimizar al máximo el uso de agua, midiendo parámetros de plantas, suelo o humedad del aire, por ejemplo.

¿Han implementado 5G?

Sí, hay diferentes iniciativas que han partido. Pero en general, la transmisión está en 3G o 4G. Y nosotros ya estamos viendo transmisión satelital directa. Porque así se pueden evitar los problemas de cobertura que muchas veces existen en un contexto agrícola rural.

La red 5G conlleva una inversión de infraestructura y soporte, que se prioriza primero en las zonas urbanas. Y el smart water tiene que ser muy preciso, porque necesito inmediatez, exactitud y confianza. Entonces, como las redes tienen que ser muy confiables, la opción satelital parece más atractiva para el rubro.

Pero en general, hemos logrado desarrollar una tecnología bien avanzada en riego. Cosas que resultaron en un lugar, sirven en ciertas partes del mundo, y con tantas zonas diferentes, hay mucho que compartir a nivel global.

¿Cuál es el rol de AGRYD en Latinoamérica?

Nuestro rol en la región ha ido avanzando. Por ejemplo, en Perú, ya hay una fuerte presencia de empresas chilenas y también se están expandiendo a varios otros países de Latinoamérica.

Piensa que en Sudamérica, en general, el tema del riego no era muy importante, porque salvo por Chile, Perú y Argentina, al norte del continente llueve mucho y todo el año. Pero como en los últimos años ha estado apareciendo el tema de la sequía, están empezando a requerir soluciones en riego.

Y eso para nosotros fue una oportunidad, porque como ya sabemos manejarlo, nos cuesta poco ir a resolverlo allá.

Hoy en día, desde tu apreciación y experiencia, ¿Qué tan importante es la industria relacionada con el riego?

En mi opinión, es súper importante. Es importante cuidarla y hacer los ajustes e inversiones para que no se vea afectada o al menos no tanto. Ahora, también encuentro que todavía tenemos suficiente agua para hacer las cosas. Aún hay mucho desperdicio de agua y en eso hay mucho por hacer.

Este peligro de que las personas se queden sin agua, si bien existe, encuentro que existen bastantes alternativas para poder disminuirlo. Con la desalación puedes suplir la demanda de consumo humano, con un impacto menor medioambiental y un costo similar al de hoy para la población que vive cerca del mar.

Pero no encuentro que sea, al menos no aún, una alternativa para la producción de alimentos. Porque el precio tendría que ser 3 o cuatro veces el precio que hay hoy. Una lechuga que cuesta 1000 pesos, tendría que costar 4000 o 5000 pesos. Ahí funcionaría.

Y las aguas que hay, se pueden aprovechar mejor para satisfacer la demanda actual del uso agrícola. El tema es el mal uso.

¿Qué acciones son más urgentes en esa línea?

Una parte importante de agua hoy se pierde en el mar. El tema de almacenaje es algo en lo que estamos al debe. Hacer obras al respecto toma mucho tiempo. Un embalse grande, por ejemplo, toma 10 a 15 años desde que comienza el estudio de la obra, hasta que funciona y provee de agua a la gente. Los gobiernos, quizá, no juegan ese partido porque es un esfuerzo que no da frutos mientras ellos estén gobernando. Se necesita una altura de mira a largo plazo y comprometida con mejorar las condiciones de almacenamiento y de conducción.

Hay una pugna en el rol del embalse, porque afecta al medioambiente, y porque, por otro lado, si no la almacenamos, se va al mar y la perdemos. Ahí, por ejemplo, uno puede preguntarse dónde está el equilibrio. Cuál es el porcentaje que queremos almacenar, porque no se puede decir que toda el agua que se va al mar, desde la cuenca, se pierda.

Una parte de esa agua también es necesaria, vital, para la vida que se alimenta alrededor de la desembocadura de los ríos. Si no llega hasta el mar, es decir que la capturas antes, vas a alterar también ese ecosistema con su biodiversidad. Eso también hay que considerarlo, pero de la mano de la necesidad real de la gente. Buscar un punto de acuerdo que nos permita avanzar de la manera más eficiente y responsable con las necesidades que hay en torno al agua.

Pero el agua que se va al mar, salvo con desalinización, no tienes forma de capturarla. Creo que en eso es más crítico que podamos tomar acción.