Francisco Baudrand

Compartir

Ingeniero de la UC de la generación del 96, originario de Santiago donde vivió hasta hace dos años junto a su señora Marcela y sus cuatro hijos. Francisco Baudrand es actualmente el CEO de Enaex África, que dirige en Johannesburgo desde hace dos años.

Mientras estudiabas en la universidad y/o durante tus primeros años trabajando ¿Pensabas ya en irte a otro país?

Yo, como estudiante, veía mucho más cercano hacer un MBA (master bussines administration) en USA o Europa. Luego, cuando trabajaba, estuve pensando en irme a vivir a Hong Kong. Con la Marce, en esa época mi polola, lo conversamos, pero mi mamá se enfermó y no me fui.

Aunque después estuve en un programa para ejecutivos de Harvard que sí fue una experiencia internacional, pero no continuada. Nunca me tuve que ir a vivir allá. Viajaba, estaba tres semanas, luego volvía a Chile, estaba tres semanas con clases online, luego volvía… y podía mantener mi vida familiar y mi trabajo, por el que también tenía que viajar. Te daba roce internacional, pero no vivías allá.

¿Cómo llegaste a donde estás trabajando hoy?

Bueno, primero entré a Enaex en Chile. De haber estado en la industria de transporte naviero y aéreo, pasar a una compañía de explosivos fue un cambio super grande. Enaex tiene más de cien años en nuestro país, dedicándose a proveer explosivos a la minería, y luego generar lo que se suele conocer como voladuras o tronaduras. Y yo llegué como gerente de planificación y desarrollo, hace más de diez años.

Por eso mismo me tocó la suerte de liderar la internacionalización de la empresa. Cuando llegué, la empresa era chilena, con una pequeña operación en Argentina. Hoy, gracias al esfuerzo de todo un equipo, es una compañía global, presente en los 5 continentes y todo este proceso de expansión me tocó vivirlo. Obviamente no estuve solo, pero sí he tenido la responsabilidad de sacarlo adelante en Perú, en Colombia, en Francia, y el último proyecto que fue entrar en África.

¿Por qué África?

Nosotros habíamos definido que queríamos ser los mejores en la industria y estar en las principales regiones mineras del mundo. Entonces miramos al mercado y sus participantes. Si tú mides a esos participantes por las toneladas de explosivos que ocupan en actividades de mercado, el principal es USA, el segundo es Australia y el tercero es Sudáfrica. Para contextualizar un poco, Chile y Perú juntos son equivalentes a Sudáfrica. Y de hecho, si a Sudáfrica le sumas el resto de África, son casi del tamaño de Australia.

Entonces, ¿Por qué África? Bueno, porque es un continente con mucho potencial minero, y donde hay mucho por explotar. Hay mucho en donde invertir. Por eso estamos aquí.

[se corta la videollamada]

(…) (…) (…)

[Francisco vuelve]

¿Hola Francisco, volviste. ¿Me escuchas bien?

Sí, sí. Todo bien.

¿Qué pasó? ¿Tuviste un problema?

Algo así. Lo que pasa es que aquí en el país hay escasez de energía y por eso tenemos cortes programados. Nosotros tenemos generadores propios para poder seguir operando y no deberíamos tener problemas, pero últimamente cuando suceden, hay una falla con el internet que se va como por diez minutos… [ríe] … eso te habla un poco de todo lo que hay por hacer aquí.

Me contabas sobre los motivos por los que se posicionaron en África. Cuéntame cómo ha sido para ti la transición en este país.

Bueno, yo me vine con toda mi familia a principios del 2020 y la verdad es que en mi proyecto de vida, salir del país y radicarme fuera con mi familia no era algo que estuviera en mis planes a esa altura. Pero se presentó la oportunidad de asumir un cargo ejecutivo, tenía 41 años, en un país con otro idioma, otra cultura y en un proyecto que me gustaba. Entonces lo conversé con mi señora, la Marce, y decidimos dar el salto.

Para los niños ha sido súper enriquecedor. Por ejemplo en el colegio, que no son todos iguales. Existe una diversidad de etnias, de orígenes y tradiciones. La multiculturalidad que tienen en su cerebro, absorbiendo, nadie se las va a quitar y ni yo mismo la tengo, porque me vine a los cuarenta.

Lo otro, algo que nos ayudó mucho con la Marce es que tenemos hijos chicos. Francisco, el mayor, tenía 8 cuando llegamos ; Trinidad tenía 6 ; Santiago, 4 y Elisa sólo tenía 6 meses. Eso ayudó un montón porque los niños chicos se adaptan más rápido. Hoy todos hablan el idioma bastante bien.

¿Qué idioma hablan?

Inglés. Aquí en Sudáfrica hay 11 idiomas oficiales y el inglés es uno de ellos. Además, es el que se utiliza en los negocios, así que para mí ha sido fácil en ese sentido el adaptarme y desempeñar mi trabajo.

¿Cómo ha resultado el desafío de Enaex África?

Mira, yo te diría que bien. Estamos bastante contentos con los resultados que hemos tenido en poco tiempo. Por ejemplo, hemos aumentado en un 30% la dotación de personas. Hoy somos 1.300 personas, principalmente en Sudáfrica, pero con operaciones en Namibia, Botsuana, Lesoto y prontamente iniciando en el Copperbelt en Zambia.

Incluso hemos traído algo de atención aquí, porque somos una empresa de Chile que llega con el objetivo de crecer, de humanizar la minería, de impactar en las comunidades y de ser exitosa.

¿Cuánto tiempo te vas a quedar?

No lo sé. Nosotros pensamos venirnos tres años, pero ya estamos en el tercero y esto va bien así que no lo sé. Yo creo que lo veremos en el camino, porque tampoco vinimos con la intención de quedarnos para siempre, pero hay que hacer un ciclo, en lo profesional y en lo familiar. Pero a corto plazo no creo que volvamos, porque esas cosas se ven con cierto tiempo. Yo me veo aquí el próximo año y quizá el que sigue. No 10 o 20 años, pero sí un tiempo.

¿Qué diferencias y semejanzas te llaman la atención entre ambos países?

Una diferencia que noto está en la mirada y el acercamiento a ciertos temas sociales. Sudáfrica ha pasado por procesos super fuertes. Fue colonia británica, luego un regimen extremo, el apartheid, que se terminó con Nelson Mandela y ahí parte un nuevo proceso de transformación y de integración, para que blancos, negros pudieran vivir en el mismo suelo. Y todavía sigue. No es algo que se haya logrado del todo aún. Yo creo que un país que ha vivido todo eso en un siglo, te habla con otros códigos y otra disposición.

Otra cosa es que en Chile nosotros tenemos desde el desierto hasta los hielos de la patagonia. La diversidad de climas es muy extensa. Sudáfrica si bien es muy grande, geográficamente, al estar en el sur del continente es como un clima más mediterraneo, pero diferente al nuestro. Aquí llueve más en verano, por ejemplo, entre octubre y abril. Pero incluso estando en un safari o en Cape Town yo reconozco paisajes similares a los de Chile. De repente me imagino que es como estar en Talca, o Temuco.

Y una semejanza puede ser el vino. Sudáfrica es también un país productor de vinos.

¿Tienes algún sueño profesional o personal a futuro?

No creo que se pueda separar lo profesional de lo personal al 100%. Van de la mano. Pero en lo personal, como familia es que completamos este ciclo y que lo hagamos bien. Que mis niños se adapten, que sean bilingües. La Marce cuando llegamos hablaba inglés, pero no tan fluido. Hoy ha ganado mucho en eso.

Y desde lo profesional, me gustaría que este sea un caso de éxito. Hay muchas cosas que me han convencido de que este podría perfectamente ser uno de esos ejemplos que se ven en las universidades, porque tiene unas características super interesantes.

Una empresa Chilena, sudamericana, pone un pie en el continente Africano y en poco tiempo logra buenos resultados. Crece, se arraiga y aporta a la comunidad. Porque aunque aquí estamos haciendo un negocio, y yo soy un CEO, no alguien de una ONG, igual podemos ayudar. Por ejemplo, un programa que se llama Early Childhood Development, donde ayudamos a escuelas de pueblos pobres en la educación de niños de 3 a 5 años,donde son grupos de 90 niños. Poder ayudar en esa desigualdad estructural del país es super bonito.

Para cerrar ¿Qué te gustaría traerte de Sudáfrica cuando vuelvas a Chile?

Ah… [ríe] …con mi señora lo tenemos super claro. El biltong. Es como un charqui de carne cruda, pero nada que ver en el sabor. Los sudafricanos usaban este sistema para poder transportar su comida sin que se echara a perder y hoy es súper tradicional del país. Y lo otro, el asado, que aquí se llama breaai. Me imagino en mi casa, haciendo mi braai y mi biltong con carne chilena e invitar a la familia y a los amigos.